FRENTE AL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Hanibal

«Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos lo conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?». Mateo 7. 15-16

Me considero un defensor a ultranza de la libertad y, en base a ello, lo soy también del individuo entendido como un ser único, irrepetible con aptitudes propias y capaz, a su vez, de sumarse socialmente a una comunidad para enriquecerla con sus particularidades, sin tener por ello que perder un ápice de sus personalidad, sus ideas y valores. Por ello, no confío en quienes se mueven exclusivamente al son de las directrices de un “líder-profeta” (sin credo), cual silenciosos corderos, diluidas sus almas y sus voluntades al servicio de un ente “superior” que, sin duda, maneja los tiempos, los métodos y los objetivos, a su antojo.

Por tanto, no me escucharéis habitualmente calificar colectivos a la ligera, ni hacerme eco de quienes profieren de forma continua y, naturalmente en su interés, mensajes tales como  que los jóvenes están descontentos con los gobiernos moderados, o que en este país, los jóvenes son de izquierdas.

El próximo 26 de junio, muchos jóvenes que en los últimos meses han cumplido 18 años, podrán ejercer su derecho (y su responsabilidad) de voto en las elecciones generales. ¿Creen ustedes que todos ellos votarán a la izquierda, viendo el panorama que se nos podría venir encima?

Un recuerdo asoma a mi memoria. Hace pocos días, Álvaro y Jorge conversaban sobre los comicios del 26J; será la primera vez que Álvaro, recién estrenada su mayoría de edad, pueda votar. Su padre le preguntaba si tenía claro a qué opción política quería votar. Y aunque a alguno pueda sorprenderle, porque piense que a los jóvenes no les interesa la política, Álvaro tenía las ideas más que claras.

“Claro, papá… quiero vivir de una manera plena, tener la capacidad de desarrollarme personal y profesionalmente y de elegir libremente mi futuro y el de mis hijos. Para ello, es imprescindible que España sea un país estable, con perspectivas de crecimiento económico, atractivo para los emprendedores y socialmente solidario y comprometido y, por supuesto, libre. Para ello, España debe seguir siendo España, sin fisuras territoriales, un país democrático, moderado y que continúe rigiéndose por nuestra Constitución”.

Álvaro tiene muy claro qué es lo que quiere para él, para sus futuros hijos y para España y, la mejor manera de reflexionar sobre a qué partido dirigir nuestro voto el próximo 26 de junio es tan sencilla, como analizar cómo ha sido el desarrollo de aquellas comunidades donde gobiernan actualmente PSOE junto con Podemos.

Para empezar, centrándonos en materia económica, durante la segunda mitad de 2015 se ha producido una estampida de empresas, con la salida de cientos de compañías, de aquellas comunidades gobernadas por la izquierda radical, sobre todo en Castilla – La Mancha y la Comunidad Valenciana, y de forma excepcional en Cataluña.  Mientras, en la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular, se crearon 623 empresas.

En España sigue disminuyendo el paro de forma general; el año 2015 se cerró con una cifra récord de descenso de 678.200 parados menos, lo cual viene a ratificar que las medidas de impulso al empleo y al emprendimiento llevadas a cabo por el Partido Popular están generando sus frutos. Sin embargo, en las regiones gobernadas por extremistas, se han disparado los impuestos, la inseguridad jurídica y los trámites burocráticos.

Por ejemplo, respecto al Turismo (uno de los sectores clave de nuestra economía), la izquierda ha implantado la ecotasa contra el turismo en Baleares, y en la ciudad de Barcelona, el Ayuntamiento va cobrar a los turistas aunque no duerman en la ciudad.

La mejor política social es aquella que parte de que los ciudadanos tengan empleo. Por ello, uno de los objetivos prioritarios del Partido Popular es asegurar en 2020, que 20 millones españoles tengan trabajo. La creación de empleo y la bajada de impuestos generan riqueza y dinamizan la economía. El empleo garantiza las pensiones, las prestaciones sociales, incentiva el comercio, el emprendimiento, etc.

Pero los gobiernos de izquierda radical nacidos de los pactos entre el PSOE y Podemos, no solo han perjudicado la economía, sino que están poniendo en riesgo la unidad de España, han dividido a los españoles y atacan constantemente nuestros símbolos constitucionales, nuestra cultura y nuestras tradiciones.

El ataque a las instituciones no se queda atrás: desde el ataque a la familia a la que pretenden sustituir por la tribu, la quema de nuestra Constitución, la apología del terrorismo y de la violencia, los desprecios al ejército, etc., etc.

Por el contrario, el gobierno del Partido Popular garantiza la seguridad, la defensa de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía, y la unidad de España. Es garante de la igualdad de todos los ciudadanos con independencia de dónde vivan; y asegura  y fortalece el estado del bienestar.

En las últimas horas hemos escuchado a Pedro Sánchez afirmar que Podemos es el espejo del pasado y que votar a la formación de Pablo Iglesias, significa volver al pasado, hacer que España retroceda. Y yo me pregunto: ¿cómo ha podido cambiar tan drásticamente de opinión el señor Sánchez, cuando hasta hace pocos días, se mostraba suplicante para alcanzar un pacto de gobierno con Iglesias? Por suerte o por desgracia, a estas alturas del teatrillo, ya sabemos con quién es capaz de pactar cada cual, con tal de acceder al sillón de la presidencia. Y los pactos PSOE-Podemos han transformado los gobiernos autonómicos resultantes, en ejemplos de populismo intransigente, intervencionista, violento y exaltado.

Existe otro modelo de país, una alternativa moderada frente a la radicalidad populista.

Álvaro lo tiene claro: no desea formar parte de ese colectivo pastoreado por falsos “líderes-profetas” (sin credo), que sea cómplice de la involución de España, dejando su destino a la suerte las fauces fagocitadoras del populismo extremista de Podemos. Confío en que al igual que Álvaro, otros muchos jóvenes, sean conscientes de lo que podría suponer para España el gobierno de la izquierda radical y que, como ha quedado demostrado en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas, el voto al PSOE, es el voto de la alianza con Podemos.

Frente al silencio de los corderos… la voz e la responsabilidad. Por España, por todos.

JUEGO DE TRONOS

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«El hombre que teme la derrota ya ha sido derrotado. El miedo hiere más que las espadas.» Syrio Forel

Norte o sur, diestra o siniestra, día o noche, luz o tinieblas, hielo o fuego, Poniente o Essos… el mundo real o ficticio, es pura dualidad. Y mientras los herederos de Poniente tratan de recuperar el Trono de Hierro, enzarzados en una encarnizada lucha eterna, quizás no sean conscientes de que el verdadero peligro no se encuentra entre ellos, sino en la creciente amenaza del invierno que acecha con sus criaturas legendarias y seres feroces, aprovechando la brecha que la batalla a dos bandas ha abierto, propiciando una vía de entrada para el oportunista grupo de atroces criaturas que aguarda al acecho.

El argumento  de “Juego de tronos” no queda tan lejos de nuestra realidad. Pablo Iglesias tuvo la ocurrencia de regalarle un ejemplar de esta obra de George R.R. Martin, a S.M. el Rey don Felipe VI cuando fue a visitarle a La Zarzuela y debe ser, sin duda, uno de sus libros de cabecera, ya que el líder podemita viene utilizando una estrategia muy similar a la que se narra en la novela, para alcanzar el poder a toda costa.

Pablo Iglesias se cree el líder de la izquierda, se siente el líder de la izquierda y por ello, trabaja contrarreloj para transformar a Podemos en la segunda fuerza política de España, a base de realizar alianzas coyunturales con el único propósito de gobernar.  En este momento se halla centrado en la fase de reagrupar a la izquierda; nada menos que 16 formaciones políticas ya se han sumado a esa “macrofusión” de partidos, que conformarán el próximo 26 de junio la alternativa al gobierno de nuestro país, en la vertiente de izquierda totalitaria, marxita-leninista, radical, populista e independentista.

Y mientras, la derecha y el centro derecha, se encuentra en plena contienda dialéctica, en lugar de tratar de buscar de forma transversal valores comunes como la unidad de España, la seguridad jurídica, el respeto a la Constitución y a las instituciones, la garantía de los derechos y libertades, la defensa y puesta en valor de España en el marco internacional, el apoyo a las víctimas del terrorismo, la protección de los ciudadanos más vulnerables, el respeto a nuestra cultura, historia y tradiciones, etc.

Sin duda, algo tenemos que mejorar a base de entendimiento, y no disponemos de mucho tiempo para hacerlo. Es inconcebible que el centro derecha, representado por el Partido Popular, sea objeto de críticas y ataques ideológicos tanto por parte de la extrema izquierda radical que lidera Podemos, como de esa derecha que se encuentra un poco más a la diestra. Debemos buscar los nexos comunes, en lugar de fomentar la disparidad para poder unir esfuerzos contra la izquierda radical de ese Macro-Podemos (con tintes de Frente Popular).

Es el momento de la sensatez; frente a la radicalización antisistema, España necesita un gobierno moderado que genere confianza y actúe con mesura. El Partido Popular propugna un gobierno que defiende el interés general de los españoles, basado en la experiencia, la estabilidad, la seguridad y la certidumbre.

El próximo 26 de junio nos jugamos mucho. Nos jugamos perder el modelo de España constitucional y democrático en el que vivimos, construido durante décadas gracias al esfuerzo y al entendimiento de los españoles, y que ahora la izquierda antisistema quiere despedazar, aniquilando la unidad del territorio nacional, ninguneando la Constitución (que le pregunten a Amparo Moliner), suprimiendo los medios privados de comunicación, empobreciendo profundamente la economía de los ciudadanos con subidas brutales de impuestos, eliminando la libertad de educación mediante el cierre de colegios concertados y privados,  burlándose de nuestras raíces, historia y cultura, y propugnando un intervencionismo sin límites en la vida de los españoles tan exagerado que  hasta se ha permitido entrar en el ámbito de la higiene femenina… ¡Lo nunca visto! Y esto es tan solo es un pequeño esbozo de sus pretensiones… Adiós a la España de las garantías y libertades. No hay nada más que mirar a los regímenes totalitarios de Irán o de Venezuela que han sufragado económicamente del germen de Podemos y que son el espejo en el que pretenden reflejar a España.

Y, mientras, el PSOE resquebrajado y debatiéndose en luchas intestinas, hace aguas con la misma rapidez con la que se derriten sus líderes de hielo, dejando un espacio que va conquistando Podemos, sin tregua. Pablo Iglesias lo tiene todo planificado y en su recorrido por convertirse en la segunda fuerza política, contempla fagocitar a los socialistas, todo por conquistar el poder.

Frente a todo ello, es indispensable aglutinar el voto útil. No es una cuestión de debate político, se trata más bien de una cuestión de lealtad y de patriotismo.

El próximo 26 de junio, cada voto será imprescindible, por ello, no podemos confiarnos en función de encuestas sobre intención de voto porque el único voto que al final cuenta, es el que se ejerce mediante la papeleta electoral introducida en las urnas.

Esperanza o desastre, crecimiento o hundimiento, libertad o intervencionismo, sensatez o radicalización, democracia o totalitarismo… de nuevo, la dualidad… En nuestras manos, las de todos los españoles, está la capacidad de decidir sobre el fututo de nuestro país, sobre nuestro porvenir y el de nuestros hijos. Cerremos filas en torno a un objetivo común: el progreso de España.

No nos prestemos a participar en esa partida de “Juego de tronos” que propugna Podemos y que pretende conquistar nuestro espacio, nuestras libertades y nuestras vidas. No permitamos que las gélidas criaturas que trae consigo el cruel invierno, azoten España. Toda dualidad concluye en una elección, el próximo 26 de junio, el pueblo español decidimos.

No estamos para juegos ni para lucha de tronos o sillones, solo debe gobernar quien apuesta por la prosperidad y la unidad del reino y ese escenario solo lo asegura el Partido Popular.

LA TRIBU DE LOS “BRADY”

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«El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo». Friedrich Wilhelm Nietzsche.

Uka uka laka uka… ¡Perdón! Pido disculpas a mis queridos lectores por presentarles semejante “soniquete” lingüístico, pero me hallaba practicando un antiguo dialecto de la tribu de los Korowai, para estar preparado por si en un futuro no lejano, tuviésemos que retornar al modo de vida tribal de nuestros ancestros prehistóricos, para criar a nuestros hijos, tal como ahora propone la CUP.

Un largo periplo del ser humano a través de la Historia, para acabar involucionando hacia un sistema social que sustituye el modelo de familia por el de tribu, y así, rescatar, tal como reclama la diputada Anna Gabriel, la idea tener hijos “en común y en colectivo”, es decir, un sistema en el que “son hijos tuyos los que has parido tú y el resto”.

Nos hallamos ante un nuevo ejemplo más de la política del esperpento que se alimenta de la improvisación y de la provocación más descarada que practica con demasiada asiduidad  la izquierda separatista y radical que gobierna en muchos puntos de la geografía española.

Se trata del timo mejor organizado del trilerismo político, que permite a ciertos gobernantes perder el tiempo en maquinaciones tan polémicas como absurdas, en lugar de ocuparse de gobernar y gestionar por el bien común y el interés general de los ciudadanos,  función básica por la que se hallan desempeñando un cargo público. Quizás habría que recordárselo con denodada insistencia.

Sin embargo, lejos de ocuparse de lo que debieran y de dejar de malgastar el tiempo y, por tanto, el dinero de los españoles, se preocupan y ocupan de cuestiones tan trascendentales y prioritarias como  declarar la guerra a la “menstruación capitalista”. Pero ¿qué clase de tomadura de pelo es ésta? ¿Ahora resulta que los gobiernos se han de entrometer hasta en los métodos de higiene más íntimos de las ciudadanas?

Apenas han pasado un par de semanas del asunto de la higiene femenina cuando, de nuevo, los de la CUP vuelven a desatar la polémica, ahora, cargando contra la familia, en favor de la crianza de los niños en tribus. Claro que esto es, sin lugar a dudas, mucho más grave e importante que la cuestión de las esponjas marinas. Esta cuestión  se alinea con el eje transversal sobre el que se asientan todas las políticas de la izquierda radical en nuestro país: destruir las instituciones.

La familia es la institución atemporal básica sobre la que se construye la sociedad. Es el eje vertebrador de nuestro modelo social, histórico y cultural; y cargarse la institución de la familia, supondría quebrar la columna vertebral de nuestra forma de vida y de nuestro sistema.

La experiencia nos ha llevado a comprender que su papel es esencial en nuestra sociedad; es una red de seguridad, cohesión y solidaridad.  Por ello, desde el Partido Popular, se están impulsando  medidas para mantener y reforzar la política global de apoyo a la institución familiar que se han venido realizando, con especial atención a las familias numerosas y a las familias monoparentales, en situación de exclusión social, pobreza sobrevenida o aquellas en las que sus miembros lleven un largo tiempo en desempleo, sin olvidar los nuevos modelos familiares.

El Gobierno del Partido Popular ha incrementado un 20,5% el presupuesto dedicado a familia e infancia en esta Legislatura,  creando una partida específica para combatir la pobreza infantil, cuantía que se ha duplicado en 2015 y que se ha incrementado en los presupuestos de 2016. Además, se han impulsado tres grandes planes estratégicos: el Plan Nacional de Acción para a la Inclusión Social, el Plan Nacional de Infancia y Adolescencia y el Plan Integral de Apoyo a la Familia.

Nuestro objetivo, lejos del modelo de crianza tribal, busca facilitar a los padres y madres una mayor implicación en la educación de los hijos.

Las personas somos la fusión de cuerpo y de alma; la sabia naturaleza nos proporciona a través de la biología genética, la herencia física de nuestros predecesores; y la familia es la que alimenta el alma, y nos conforma como personas, mediante la transmisión de unos valores, una historia y, sobre todo, a través del ejemplo, de las experiencias compartidas, de la convivencia y de creación de profundos vínculos emocionales.

Diversos estudios médicos han demostrado que cuando un bebé nace, el hecho de reposarlo al calor del pecho de su madre influye positivamente en su adaptación a la vida, una vez fuera del refugio que le ofrecía el seno materno. Esos vínculos que comenzaron a desarrollarse desde el mismo momento de la gestación con cada latido de ambos corazones, no tiene parangón con ninguna otra  vinculación humana. Una vez producido el alumbramiento, los lazos se extienden hacia el padre y el resto de la familia, a través del amor, la protección y la convivencia de cada día.

Lejos de mi intención quedaría equiparar circunstancias entre personas y animales, pero no puedo dejar de señalar que hasta los animales permanecen unidos a sus crías para proporcionarles calor, protección y sustento. Las aves empollan sus huevos… no construyen nidos colectivos, donde cada una incuba el huevo que le toca en suerte… Lo dicho, no es cuestión establecer comparaciones, pero la sensatez de la madre naturaleza, nos da constantemente lecciones, e ir contra la propia naturaleza jamás será bueno para el hombre.

Vamos  a tratar de ser serios y responsables. A la señora Gabriel le traerá al pairo que sus hijos  la llamen “mamá” y la consideren como tal, diluida su imagen en el conjunto de una tribu de seres iguales en afectos y responsabilidades hacia los más pequeños. Tal vez debería recordar sus propios orígenes familiares y la influencia que sobre ella pudieron tener su abuelo y su bisabuelo, vinculados a la CNT, referentes de los que hubiera carecido, de haber sido criada en un sistema tribal, como el que ahora propone.

Con permiso de la CUP, mi hijo es mío… Me considero responsable de su cuidado, de su formación y de su felicidad, y no deseo delegar esa responsabilidad en nadie más. Ni  tribus, ni korowais, ni comunas de crianza… La familia es incuestionable, los experimentos y dislates, para novelas de náufragos y tribus de lejanas tierras.

Con total seguridad los «Brady» reprocharían a la CUP,  la disfunción en el uso de su tan entrañable término «tribu»… Ésta es la triste realidad, amigos…

CAMINEMOS JUNTOS

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«Lo que aprendí es que esos atletas no eran discapacitados, eran supercapacitados. Los Juegos Olímpicos es donde los héroes se hacen. Los Juegos Paralímpicos es donde los héroes llegan». Joey Reiman

Apenas ha salido el sol pero ya percibo su tímida luz y, poco a poco, la calidez del blanco va invadiendo el espacio de mi habitación hasta conquistarla por completo. La vida está repleta de pequeños momentos placenteros que habitualmente no apreciamos porque vivimos demasiado deprisa, centrando nuestra existencia en ir directamente al grano de los asuntos y perdiéndonos, de este modo, la percepción de la belleza de esas cosas sencillas que envuelven el grano y que, en el fondo, son las que  dan sentido a su ser.

Salir a pasear, sentir el sol sobre nuestra piel, caminar junto a la orilla del mar y sumergirnos en las aguas saladas…Practicar deporte, bailar, acudir al teatro. Todas, sin duda, actividades maravillosas que cualquiera de nosotros podría desear realizar a menudo. Pero, ¿qué ocurre cuando poder llevar a cabo la acción más cotidiana se convierte en un complicado reto? Hay personas como usted y como yo… que serían inmensamente felices si pudieran llevar o recoger al colegio a sus hijos, montar en autobús, conducir un vehículo, o hacer la compra en un supermercado. Sí, se trata de todas aquellas personas que tienen alguna discapacidad y que no pueden desarrollar su vida con normalidad porque la sociedad no les ofrece un mundo accesible.

Esta semana me siento especialmente orgulloso de la Asociación de Discapacitados y Voluntarios Caminemos Brunete, que ha cumplido su tercer aniversario, siendo un auténtico ejemplo de generosidad, entrega, espíritu de lucha y sacrificio. Una asociación que ha demostrado día a día, durante estos 3 años, su compromiso con las personas con alguna discapacidad  en el ámbito de Brunete, reivindicando su plena integración no solo con palabras, sino con hechos.

Para cumplir con sus objetivos de promoción social, laboral, cultural y deportiva, trabajan de forma voluntaria en distintas áreas como la autonomía personal y social, la concienciación de la propia problemática, la lucha por la eliminación de barreras arquitectónicas, los aspectos académico-docentes, la relación con el entorno exterior y en campañas de mentalización social. Puedo decir con orgullo que colaboran permanentemente con nuestro gobierno municipal, porque uniendo sinergias estamos convencidos de que alcanzaremos la plena inclusión que todos deseamos.

En la actualidad se calcula que en el mundo viven unos mil millones de personas discapacidad, quienes se encuentran, cada día,  con múltiples barreras en aspectos clave de la sociedad, transporte, empleo, educación y la vida política y social. Solo en España, 3,9 millones de personas presentan algún tipo de discapacidad, lo que supone un 8,5% de los ciudadanos.

Vivimos en una sociedad del bienestar basada en la igualdad de oportunidades para todos y, por ello,  los poderes públicos debemos ayudar a aquellos con mayores dificultades, proporcionando especial protección a los más vulnerables, como las personas con alguna discapacidad. Sin duda, esa protección se sustenta en un mandato constitucional, un derecho social  y un principio de solidaridad.

Debemos prestarles una atención especial y de forma personalizada para poder resolver y dar una respuesta satisfactoria a las necesidades reales de cada uno de ellos. Gestionar de manera eficiente los recursos públicos, no es una opción, es una obligación. Asimismo, es imprescindible impulsar todas aquellas medidas que promuevan la no discriminación, el respeto por la diferencia, y la plena inclusión de las personas con capacidades diferentes.

La pasada legislatura, el Gobierno del Partido Popular ha impulsado acciones dirigidas a garantizar la atención y calidad de vida de las personas con discapacidad y  a su protección y seguridad jurídica, mediante la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, de diciembre de 2013.

También se ha elaborado el Plan de Acción 2014-2016 sobre Estrategia de Discapacidad, dotado con 3.093 millones de euros y que recoge 96 medidas  que avanzan en la igualdad, empleo, educación, accesibilidad  y dinamización de la economía.

En materia de empleo, se han llevado a cabo diversas iniciativas para fomentar la inserción laboral y el acceso al empleo, habiéndose alcanzado la cifra de 680.000 contratos laborales firmados por personas con capacidades diferentes, la más alta de la historia.

Otras medidas como la reforma fiscal,  con la que se ha beneficiado a las familias en las que viven personas con discapacidad, o el hecho de que puedan estacionar su vehículo en las plazas reservadas en toda España, aunque parezcan menores, también suman; porque ¿quién puede definir qué es pequeño o grande, qué es importante o liviano, en el entorno de aquellas personas para quienes, simplemente, pasear por las calles, se convierte en un auténtico suplicio.

Debemos luchar de manera firme y sin complejos por la plena inclusión de las personas con discapacidad; es imprescindible eliminar barreras sociales, físicas y mentales que  les permitan tener una vida plena y feliz.  Todos tenemos derecho a disfrutar del sol,  de sentir la espuma del agua marina salada… en definitiva, de disfrutar de todo aquello que envuelve al grano, pero primero debemos ser capaces de facilitar a todos la posibilidad de acceder a él; a todos, la posibilidad de disfrutar de una inclusión plena… para ello… CAMINEMOS JUNTOS.

LEYENDAS DE PASIÓN

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“Algunas personas oyen su voz interior y viven solo de lo que escuchan. Esas personas se vuelven locas o se convierten en leyenda.”  Gordon Tootoosis

Cuatro meses después del 20D, finalmente, sabemos que volverán a repetirse las elecciones. Son 131 días que a los ciudadanos les han parecido una eternidad, ya que nunca el debate político ha estado tan presente en las cocinas y en los salones de los españoles, en las reuniones familiares, en los cafés de trabajo, y durante las cañas domingueras entre amigos.

La obligada parálisis a la que se ha visto abocado el gobierno al estar el funciones, en un momento en el que nuestro país comienza de nuevo a despegar, soltando las amarras de la crisis que generosamente nos regaló el gobierno socialista de Zapatero, puede ocasionar un daño gravísimo a nuestra economía y a nuestra relanzada imagen internacional, elevando a la enésima potencia cualquier tipo de lastre asido a ese “cordón sanitario” que tanto el PSOE como Ciudadanos han trazado entorno al Partido Popular; recordemos, nuevamente, que el PP fue el partido más votado en las pasadas elecciones generales, respaldado por más de 7 millones de votos en las urnas. De Podemos, mejor no hablar….

Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, se lanzaban cuerdas de manera improvisada y descoordinada, tratando de atar un acuerdo de gobierno y, logrando, por el contrario, ahorcar los frenéticos intentos de alcanzar pactos…

Son ya 131 días de sainetes, “postureo”, foto-posados, pactos de humo, y humo pactado. Y ahora, son los ciudadanos quienes deben asumir el coste del fracaso de esas conversaciones representadas en ese circo de tres pistas en las que Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, se lanzaban cuerdas de manera improvisada y descoordinada, tratando de atar un acuerdo de gobierno y, logrando, por el contrario, ahorcar los frenéticos intentos de alcanzar pactos… Y es que difícilmente se puede llegar a un consenso entre quienes practican el juego de la silla (en este caso, del sillón) y se hacen trampas mutuamente, tratando de sentarse, sin ningún tipo de disimulo, mientras sigue sonando la música.

Es inconcebible e indignantemente impropio de un país democráticamente consolidado y moderno, que no se haya podido alcanzar esa gran coalición de gobierno que proponía el Partido Popular, integrada por los tres grupos constitucionalistas más votados (PP, PSOE y Ciudadanos). Pero la cuestión más grave no es el hecho de que no se haya llegado a ese gran acuerdo por discrepancia de pareceres e incompatibilidades políticas insalvables, sino porque, simplemente, ni PSOE ni Ciudadanos, han querido “tomarse la molestia” de sentarse a hablar con el presidente, en funciones, Mariano Rajoy.

El apasionado “romance político” a tres bandas, protagonizado por Pedro Sánchez, no ha sido nada más que un trasnochado baile de alcobas, en el que el líder del PSOE ha coqueteado a su diestra y a su siniestra,  tratando de buscar el favor político tanto de Rivera como de Iglesias, aunque ello le supusiera renunciar a principios democráticos y éticos fundamentales.

Y entretanto, van transcurriendo los días, y el bloqueo perpetrado por el PSOE y Ciudadanos, al Partido Popular, ganador de las elecciones –insisto-, han dejado a España con una imagen ciertamente denostada ante la opinión pública internacional, que entiende que nuestro país adolece de estabilidad y, por tanto, hemos dejado de ser atractivos para muchos inversores que han decidido invertir en otros lugares; propiciando una situación que no nos podemos permitir, ya que perjudica seriamente el enriquecimiento de nuestro tejido empresarial, y va en contra de la dinamización de la economía y de la creación de empleo.

Y, en todo este escenario, a mi juicio, solo ha habido un partido responsable y coherente en la defensa de sus ideas y valores, que no ha vendido al mejor postor. Un partido que se ofreció a hablar con los demás grupos, desde el primer día, y que a pesar de las negativas que ha encontrado para entablar conversaciones, ha mantenido las puertas abiertas al diálogo, en todo momento. Un partido que ha seguido gobernando “en funciones” en aquellos asuntos que apremiaban con urgencia una respuesta seria y eficiente, principalmente, en el contexto europeo.

El Partido Popular ha sido leal a España, ya que ha sabido anteponer un gran acuerdo de interés común a intereses partidistas.

El Partido Popular ha sido leal a España, ya que ha sabido anteponer un gran acuerdo de interés común a intereses partidistas. Mientras, PSOE, Ciudadanos y Podemos han demostrado que su única pasión era acceder al sillón de la presidencia de un gobierno excluyente.

Pasión, traición, presunta fraternidad… son los ingredientes de esta particular historia que presenta muchas similitudes con aquellas “Leyendas de Pasión” y que escribió Jim Harrison, y que se han ganado, ciertamente, a lo largo de estos 131 días, el apelativo de “leyenda”: nunca antes, en la historia de España, se había hecho necesario repetir unos comicios. Lo que nos quedará por ver…