QUO VADIS,…?

…Una empresa que apuesta su capital, sus medios de producción y sus recursos humanos, así como su prosperidad, buscando un lugar donde establecerse, prosperar y, por ende, propiciar el crecimiento del país que la acoge, espera, al menos, que aquel respete su seguridad jurídica, la propiedad como fruto del trabajo, que crea en el estado de derecho como germen de progreso y, en definitiva, que crea en la libertad.
Señora Kirchner, ¿es ésto posible en el suyo?
Lamentablemente esta pregunta tiene una connotación perniciosa dentro del megalómano gobierno peronista que acaudilla en estos momentos nuestra querida y cuidada Argentina. No creen en la prosperidad como fruto del trabajo, sino que piensan en ella como consecuencia de una decisión política. Aborrecen la libertad, porque, en definitiva, desean la soberanía por encima de otros.

Creen en la generación de riqueza, no por medio del trabajo y su producción, sino quitándosela a quien trabajo y produjo.
Kirchner-o quien la maneja-, justifica la apropiación de los medios de producción, infiriendo un discurso anacrónico, trasnochado, demagógico y revolucionario, que alude a una inexistente, en este nuevo siglo, lucha de clases.

El capital no es una fuerza personal, es una fuerza social que debe ser transformado, por ello, en colectivo y así cambiar el carácter comunitario de la propiedad…, ese es el guión seguido para justificar la nacionalización.

Señora mía, si ésto es así, ¿quién actualiza y moderniza los medios de producción que generan ese capital?, ¿usted? y… ¿con qué dinero?
Mirándolo bien, toda esta concatenación de disparates, suena a fraude, de los de libro: vilipendiar durante meses a una empresa hasta depreciar su valor en bolsa, en ese punto justificar con argumentos peregrinos su nacionalización y, posteriormente, obtener una plusvalía por la venta de sus medios de producción, quizás a China, quizás,… Ésto ya sucedió hace no mucho tiempo, aquellos del Corralito.

Cuando un ciudadano pierde el control sobre su vida y es el Estado quien pasa a decidir por él, buscando la coartada en interés general,… cuando pasamos de la cultura del emprendimiento a la cultura del estatalismo, podemos afirmar, sin ningún género de duda, que el país perderá el optimismo que aporta la libertad individual y, por tanto, la senda del éxito social y económico.

Quo Vadis…?

Nadie, mejor no entrar.